Sin lugar a dudas José Bobadilla es un referente internacional, especialmente en el mundo de habla hispana, para miles networkers. Bobadilla ha sido capaz de convertirse en Embajador Corona de Amway, siendo la primera persona de Sudamérica capaz de conseguirlo. Desde lo más humilde, a lo más alto del Network Marketing. Desde vivir en un pueblo polvoriento a habitar un apartamento en la mejor zona de Cali, lugar en el que ha rehabilitado el antigüo Teatro Calima, para darle a la ciudad un referente de cultura y educación.

El reto o el logro de haber conseguido ser el primer latinoamericano en llegar a lucir el pin de Embajador Corona es algo que llena de orgullo a decenas de miles de colombianos repartidos por todo el mundo, y por extensión a todos los hispanohablantes. Cómo dice el propio Bobadilla dar conferencias desde Rusia a Japón, pasando por Estados Unidos o Francia, en idioma español, es algo impensable hace años.

El Estilo José Bobadilla, su marca personal

José Bobadilla, que llegó a ser rector de una universidad, ha sabido llevar la industria del Marketing Multinivel a miles y miles de personas, a través de sus conferencias en las que mezcla a partes iguales, liderazgo, empatía, sentido del humor y emotividad. Ha creado un estilo propio, dando su sello personal y conectando con las personas con un vínculo emocional que pocos saben crear. Incluso podemos llegar a afirmar que Bobadilla ha creado su «idioma particular» y hoy miles de personas utilizan sus expersiones, como: «dar chuchú«, «pollo asado«, «ti, ti, tití«, «torombolo«, «hello«, «despertando zombies«, «Súperalo Nikita» y otras muchas que se hicieron virales, sobre todo después de su magistral Conferencia en Miami.

El estilo de Bobadilla ha llegado a muchos emprendedores a través de las Redes Sociales, sobre todo en los últimos dos años, que por razones obvias se dejaron de lado los eventos presenciales y se reforzó el uso de los canales digitales. Bobadilla llega a miles de personas desde su cuenta de youtube, en la que cuenta con 311.000, su perfil en Instagram lo disfrutan casi 220.000 usuarios y su página de Facebook tiene 299.000 seguidores.

Sin duda alguna Bobadilla es un referente en el MLM y sus conferencias son seguidas, ya sea en directo, streamig o en diferido por miles de entusiastas emprendedores del mercadeo en red.

La vida e infancia de José Bobadilla

No tuvo una infancia fácil, evidentemente, pero Bobadilla fue capaz de tornar lo que para otros sería una niñez sin salida y encaminada a la misera, en una vida de éxito. Y logró alcanzar sus sueños tras muchos sinsabores, retos y, en alguna que otra ocasión, lágrimas de impotencia. Una impotencia de la persona que sabe que está destinada para grandes logros, pero que no encuentra el camino, la salida del laberinto, para alcanzarlos.

Me imagino a un Bobadilla de niño lleno de preguntas, de curiosidad, con los ojos bien abiertos, estudiando cada cosa a su alrededor e inconformista con las respuestas simples. Sus padres trabajaban duro en su pueblo natal, Elías, un olvidado pueblo del sur de Colombia, en el departamento de Huila. Un lugar del que nunca había salido ningún triunfador, un lugar en el que sus habitantes estaban destinados/condenados a vivir toda su vida en una humilde miseria para llegar a fin de mes, con las manos destrozadas del trabajo en el campo.

Sus padres trabajaban muy duro para llevar un sueldo a la casa, en la que convivía con siete hermanos naturales y un hermano de sangre que vivá con ellos. Él tuvo la suerte de poder ir a la escuela, pero veía que de todos los niños vecinos él era el único que podía ir al colegio a aprender a leer, escribir y algo de matemáticas. No se explicaba por qué sus amigos no iban a la escuela y a la edad de seis años, convenció a su padre para que en una de las paredes del salón le fabricase una especie de pizarra. Bobadilla, cada tarde iba a buscar a sus pequeños vecinos y los llevaba a su casa. Allí, frente a la pizarra, les enseñaba a los otros niños lo que él había aprendido en la escuela.

En palabras del propio Bobadilla, ése fue su primer Megaplan, juntar a todos sus vecinos, frente a una pizarra y explicarles las letras y los números. ¿Quién se hubiera imaginado que años después ése niño sería rector de una universidad y más adelante Embajador Corona de Amway y seguiría frente a una pizarra enseñando a los demás a progresar?

Hasta ese momento su vida de niño era similar a la de sus pequeños vecinos, pero un golpe del destino hizo que su apacible vida diera un trágico giro. A sus 14 años su madre fallece por un problema cardiovascular. Bobadilla, lejos de amilanarse frente a ese contratiempo, decide emprender su aventura en solitario y, pese a su corta edad, decide irse a vivir a una ciudad más grande, Neiva. Se instala en casa de su tío y empieza a visitar cada rincón de la ciudad de Neiva en busca de un empleo. Una y otra vez repitió la frase: «¿Hay algo para mi?» en cada pequeño negocio, cada pequeño taller, cada pequeño comercio, pero no lograba encontrar un empleo.

Un día descubrió unos grandes almacenes, nunca se había fijado en ese local ya que era tan grande que pensaba que sería pretencioso por su parte pensar en trabajar allí, pero ese día se armó de valor, burló a la persona que guardaba la puerta, evitó a la secretaría y en un momento estaba sentado frente al dueño de aquel gran negocio pidiéndole trabajo. Bobadilla le resumió, en lo que sería su primer Elevator Pitch, sus escasos años y las penurias por las que estaba pasando y le convenció de que él estaría dispuesto a llevar a cabo cualquier trabajo. Lo consiguió, Bobadilla fue contratado por el señor y cuando conoció a la esposa de éste fue un giro radical en su vida. Bobadilla se ganó el cariño de este matrimonio y les ayudaba en todo tipo de quehaceres, desde limpiar el patio donde estaban los perros, hasta llevar a sus dos hijas al colegio.

En esa casa fue donde la curiosidad y las ganas de aprender del joven Bobadilla se nutrieron de la enorme biblioteca que tenía la familia. Bobadilla devoraba las obras de su edmirado Gabriel García Márquez y descubrió un libro que le hizo crecer personalmente de forma exponencial: “Tus Zonas  Erróneas” del autor Wayne Dyer.

Con la inestimable ayuda de dicha familia, Bobadilla pudo empezar a ir a la Universidad de Cauca, en Popayán y ahí se abrió un capitulo nuevo e importante de su vida.

José Bobadilla y su época en la universidad

Bobadilla comenzó sus estudios en Derecho y Ciencia Política, alentado por todo lo que había leído en aquellos libros de la biblioteca en la que pasó muchas horas de lectura. En aquella época Bobadilla soñaba con ser Presidente de Colombia. Su etapa universitaria fue muy activa, participaba en periódicos locales, organizaba charlas, conferencias y coloquios con otros estudiantes y desarrolló esa personalidad magnética de la que hace gala en conferencias, seminarios y audios. Esa época fue forjando el caracter de un Bobadilla que poco a poco se hacía más crítico con el sistema educativo, que aspiraba a cambiar desde dentro.

No deja de ser curioso que incluso un poco antes de finalizar la carrera, Bobadilla fue nombrado rector de la Corporación Universitaria Autónoma del Cauca, en Popayán. Bobadilla era rector con tan solo 27 años de edad, y estuvo en el cargo durante 10 años.

Aunque la vida de rector podía llegar a ser un éxito para cualquiera, Bobadilla no se sentía realizado, además de que no veía recompensado economicamente el puesto, se sentía estancado y lejos de su máximo potencial.

El inicio y reinicio en Amway de Jose Bobadilla

El inicio de Bobadilla en Amway fue algo accidentado y, como les ha pasado a muchos, lleno de dudas. Un decano de la universidad fue el primero en hablarle del Network Marketing y concretamente de Amway. Bobadilla no lo tomó en serio, no se veía «vendiendo por catálogo», que era como él interpretó el negocio de Amway. Así que siguió con su actividad de rector en la universidad durante años.

Con muchas inquietudes, al ver que no progresaba decidió dejar la universidad y marchar a Barcelona, en Europa y hacer un doctorado en Psicología de las Organizaciones en el 2001. Bobadilla pasó unos meses muy complicados y duros, con una crisis de personalidad que le hizo estar al borde de la depresión. Esa crisis existencial lo llevó a las oficinas de Amway en Barcelona a pedir información del negocio de Amway, pero el negocio seguía sin llenar sus expectativas y se volvió a ver rodeado de catálogos de champús y detergentes, algo que le hacía dudar de si ese era un verdadero negocio, aún no había encontrado el motor principal que le haría despegar en el Network Marketing, la Educación.

Lo dejó todo, volvió a Cauca y le ofrecieron reincorporarse como rector de la universidad, él aceptó, casi claudicando a sus sueños de progresar y alcanzar el verdadero éxito del que se veía merecedor, pero que no se presentaba de ninguna de las maneras.

Todo cambió radicalmente cuando un antiguo amigo le contacta y le vuelve a presentar el negocio, pero esta vez Bobadilla entendió realmente el núcleo del negocio del mercadeo en red, entendió que la clave era la Educación, el Sistema Educativo, y todo se alumbró a su alrededor. Bobadilla descubre un mundo nuevo en las cintas, los audios de los grandes líderes que explicaban cada paso hacia el éxito. Bobadilla escuchó a Pilar y Miguel Aguado, Maite y Ángel De La Calle, Cristina y Luis Costa, Ana y Pedro Valdecantos o Iván Morales, entre otros y entendió que él estaba en el camino correcto. Ahora sí.

El camino de José Bobadilla ha sido y es espectacular: El primer año, José Bobadilla logró la clasificación Esmeralda; el tercer año Diamante; el quinto año llega a Diamante Ejecutivo; el sexto año Doble Diamante; el séptimo año triple Diamante; el noveno año logra el Diamante Corona, y en el décimo año consigue llegar a Embajador Corona.

José Bobadilla es uno de los líderes más importantes de Amway del mundo y forma parte del Amway Founders Council, el grupo de empresarios más exitosos a nivel mundial de la compañía norteamericana. Ha marcado el camino que recorrerán cientos de personas a lo largo del mundo, siempre le estaremos agradecidos. Gracias José Bobadilla.

Fuente fotos: Facebook José Bobadilla